Características y cultivo del aloe
Atendiendo a su clasificación vegetal pertenece a la familia de las Liliáceas al igual que el ajo o la cebolla y el espárrago, Por su aspecto, el aloe parece un cactus, posee un tallo leñoso y carnosas hojas verdes dentadas y flanqueadas por espinas, alargadas y suculentas, cóncavas y planas en la parte superior, y convexas en la inferior, alcanzan los 50 cm de largo y los 7 de grosor, en el interior de la hoja se encuentra un gel transparente e insípido conocido como gel de aloe, las hojas están compuestas de tres capas: una protección coriácea exterior, una capa fibrosa, bajo la cual se encuentra la aloína y un corazón gelatinoso donde almacena las reservas de agua. Es una planta herbácea y perenne, la encontramos dispuesta en roseta o mata, con tallo o sin él, las hojas parecen brotar directamente del suelo en los ejemplares juveniles; los más añosos presentan un tallo corto y grueso.
Su inflorescencia parte de una espiga compuesta por varios racimos largos recubiertos por un gran número de flores pequeñas y coloridas, normalmente amarillas, rojas o naranjas. Su cualidad de planta xerófila la vincula a suelos áridos, bien drenados, posee flores y por lo tanto puede reproducirse mediante semillas, al crecer en climas adversos y en condiciones difíciles ha desarrollado la cualidad de producir clones, es decir, pequeños retoños que nacen a partir de la planta madre por el método conocido como vegetativo y una vez alcanzada la edad adulta florece dos veces al año.
Al cultivar el aloe vera, debemos hacerlo en lugares secos, ya que crece en climas cálidos de tipo desérticos o rocosos, su principal enemigo es el exceso de agua, El aloe puede guardar importantes provisiones de agua, por ello, si la regámos a menudo podríamos acabar ahogándolas, debemos tener cuidado de hacer el siguiente riego cuando veamos la tierra completamente seca del riego anterior. Es una planta que soporta bien el frío, pero no la humedad, aconsejamos cultivarla en un terreno o maceta con fácil drenaje, si la planta está en el exterior es conveniente que reciba viento moderado para que su tallo se fortalezca, hay que evitar que sus hojas se mojen demasiado por efecto de la lluvia o el riego, Si es de interior puede recibir luz intensa pero filtrada y no sufrir cambios bruscos de temperatura, esta debe oscilar entre los 20 y 25ºC.
La mejor época para sembrar es la primavera, cuando el ciclo vital de la planta es más activo, necesita tierra porosa e incluso arenosa para alcanzar su madurez. Es importante evitar los fertilizantes químicos, así que en caso necesario podemos añadir ceniza de huesos como abono o bien cualquier abono orgánico.
Disponiendo de aloe vera en casa y siguiendo estos consejos, podemos tener nuestra propia cosecha y sacar el mejor provecho de sus propiedades.